La barrica de roble (1ª parte)

La barrica de roble

La importancia de la #barrica de roble

…en el proceso de elaboración es esencial; los vinos que van a ser sometidos a un proceso de crianza para desarrollar su guarda en el tiempo, permanecen desde pocos meses a largos periodos dentro de la barrica de roble. Estas barricas pueden ser de roble americano y francés en su mayoría, aunque también se emplean otras maderas procedentes de países centroeuropeos… Todos los robles pertenecen al género Quercus, que comprende más de 600 especies de árboles diferentes en todo el mundo, de las cuales 29 se encuentran distribuidas por Europa.

Existen muchas referencias sobre el uso de la barrica. Al principio era utilizada como un medio de almacenamiento y transporte, hasta que empezaron a descubrirse las bondades de los aromas y sabores que la barrica de roble proporcionaba a los vinos.

La barrica de roble es esencial para elaborar vino que va a desarrollar todo su potencial en el tiempo. Este, en contacto con la madera experimenta profundos cambios. Su aroma se torna más complejo, ya que la madera le aporta sustancias propias, no sólo por el tipo de roble empleado sino además, por los procesos de tostado a los que es sometida. El roble cede al vino compuestos tánicos y fenólicos que modifican la estructura de los taninos procedentes de la uva y le aporta aromas complementarios adquiridos básicamente durante la última etapa del tostado de la barrica.

El curado de la madera desempeña un papel crucial en la revelación de los caracteres aromáticos que determinarán la calidad de una barrica de roble. Para ello, esta es sometida a un proceso de secado natural, normalmente, más de 3 años, hasta descender su grado de humedad por debajo del 15%. Durante este proceso, la lluvia contribuye a lavar y eliminar los taninos más astringentes. También, el desarrollo de ciertas cepas de hongos durante el secado al aire libre contribuye a la evolución del perfil fenólico de la madera, siendo más eficaz la transformación de la lignina en vainillina, que en un secado artificial. Que se produzca lentamente esta transformación es fundamental para conseguir una madera excepcional capaz de madurar los vinos adecuadamente.

El tostado manual se realiza mediante brasero de roble, lo que permite un “quemado” homogéneo del interior de la barrica. Previo a realizar el tostado, se han tenido que seleccionar las tablas “duelas”, que formarán el cuerpo de la barrica, estas quedarán sujetas mediante flejes de acero. El proceso tradicional de fabricación de la barrica comienza con la “cana”. Las duelas de la cana se arman por un extremo y es aquí donde empieza a tomar forma la barrica. Una vez armada la barrica, se procede a empaparla de agua, antes de ser sometida al fuego para que las duelas puedan deformarse en forma de arco, lo que permitirá terminar de dar forma a esta.

La barrica de roble se compone únicamente de estos dos materiales: duelas de madera y flejes de acero. Los fondos ó tapas de la barrica, si no están machihembrados, tienen sus tablas unidas mediante unas puntas dobles, con una lámina de anea en dicha unión que asegura la estanqueidad. El “argallo” es la acanaladura que posibilita la unión entre las duelas y el fondo.

Por último, se realiza el orificio donde irá el tapón, que puede estar hecho de la propia madera de roble ó de silicona alimentaria, siendo esta última la más utilizada. Normalmente, el fondo está formado por siete tablas, pero a veces puede formarse de nueve, e incluso más; dependiendo de la anchura de las mismas y de la calidad de la barrica. A menor número de tablas, mayor es la calidad de la barrica.

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